Hacerse cristiano es creer que Dios está alcanzándonos y es estirar nuestra mano hacia Él y decirle: sí, yo quiero seguirte, yo quiero pertenecerte… yo quiero ser Tu discípulo.
La cosa más extraordinaria es, que no importa de dónde vengamos, cuán malos o buenos sintamos que hemos sido, cuando buscamos a Dios, encontramos Su mano que nos alcanza y Él nos comienza a dirigir a una odisea de vida hacia el amor perfecto.
Te invitamos a tomar un momento para ver este video corto que está arriba, y si quieres entregarle tu vida a Dios, contáctanos usando la forma que está debajo.
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