La voluntad de observar

Me dijeron durante una lección de vuelo que escanear no es lo mismo que mirar. Cuando volamos, podemos tomar un ejemplo del águila. Tiene un ojo del mismo tamaño que el ojo humano, pero cada globo ocular tiene dos lentes, similares a unos binoculares, lo que hace que la visión del águila sea hasta ocho veces más poderosa. Puede ver a su presa a dos millas de distancia.

El águila es consciente de su entorno pero se concentra en su objetivo. Mantiene su presa en el centro de su visión todo el tiempo. El águila no escanea, sino que permanece enfocada.

Podemos simplemente escanear la Biblia, o podemos mirarla atentamente. Para hacerlo, necesitamos la voluntad de observar. Cuando lo hacemos, podemos ver todas las pequeñas cosas que un observador casual pasa por alto. La Biblia es maravillosa en el sentido de que habla al nivel de comprensión del individuo promedio, pero para el estudiante, puede explorar las profundidades insondables del Todopoderoso y descubrir tantos tesoros ocultos.

¿Por qué no intentar cultivar un espíritu de intencionalidad? Las gemas rara vez se encuentran en la superficie, pero un poco de excavación conlleva grandes recompensas.

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